miércoles, 10 de diciembre de 2008

AMAR A OTRA TENIENDO EN SU PROPIA CASA A LA MEJOR...

El cuerpo de la sutil mujer tan delicado y transparente, ha de cuidarse y mimarse; pues es ella la única que lo entrega a sabiendas de lo que quiere y desea, a sabiendas de que se entrega con entereza, pasión y amor, con sinceridad; con emoción y delicado sentimiento de belleza inteligente, para lo cual, elige a su compañero, acariciando con su mano todo su cuerpo, sin importarle más que el mismo alma que en ese momento la admira por su resplandor como mujer.



Para la mujer será el fruto del cariño más justificado al que se haya entregado. Para ella, serán lágrimas cristalinas las que sus ojos derramen al verse envuelta en un amor de verdad; en ese con cuyos ojos la miren como una mujer y la hagan sentir como tal. Y no está el mundo aún consciente de lo hermoso que es amar a una mujer...



Se dejará entrever su corazón, y tras la caricia abrirá su alma. Eso sólo lo ven los ojos de algunos que disfrutan de esta maravillosa entrega divina. Nada más allá de insensateces y prejuicios, de persecuciones materialistas, de sentimientos sordos o ciegos, mudos..., nada más bello que ser el alma de la pareja para envolverla y ser ella el amuleto que se deje envolver. Y entonces, no abra edades, ni físicos, ni vanidades que alejen a la persona amada de un amor correspondido.

Todos lo disfrutaremos pues...

Ojalá el amante sea fiel su instinto fervoroso y haga feliz a la persona amada de manera especial. Ojalá me dijeran los mismos ángeles, que cada mujer en la Tierra, tiene las caricias que merece, el respeto, la pasión, la sutileza, la fuerza, la vida interior repleta por amor. Y no dejadas al olvido las que algunos hombres, han hecho que pasen a la historia y las hayan asesinado en vida, privándolas del recibo del afecto de sus parejas.

Eso es cruel..., cruel, mu feo y sobre todo, muy cruel...

Esas mujeres son la belleza matriarcal que nos ha proporcionado seguir en este mundo.

Ayer me encontré con un escritor de Badajoz que me erizó el vello al contarme sus avatares amorosos, por supuesto, a mi gusto, asquerosos. Me contó esto mismo que os cuento.Me imaginaba a su mujercita desfavorecida y privada de caricias, de orgullo, de vida, sólo porque el paso del tiempo la estaba envejeciendo. Eso me produjo una tremenda sensación nauseabunda y he decidido embarcarme en la fiel tarea de escribir lo que el amor no sabe dar en las calenturientas mentes de hombres sin corazón, sedientos de sexo lujurioso.


Será un bonito libro. Evitaré publicar nombres propios para no herir la sutileza y la torpe voluntad de la mujer de este amigo mio escritor, que creerá que aguantar esta tortura en favor de su marido, la llena de gloria.

Nada más lejos.

El será escritor, pero ella es una hermosa mujer que dio a luz sus hijos, que ha cuidado de su marido y le ha hecho prosperar en desfavor de ella misma. Y ha sido alto el pago a este título.

Mientras tanto, a la mujer hay que quererla, eso la hace bella entre las más bellas y las hace brillar como los mejores diamantes que existan jamás.


Por Maribel Jiménez, apenada ante la impronta postura egoísta de un escritor de la tierra extremeña, por amar a otras mujeres que no son la suya. Dejando atrás la vida sin importancia de esa maravillosa mujer que lo quiso y lo quiere, lo cuida. y le dio a sus hijos.


¡Qué cruel!





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"...¡un pedacito de mi alma
escrito a golpe de tecla
de ordenador...!
(Maribel Jiménez)
"...¡Espero que en el año 2011
seas capaz de seguir soñando
y cada una de esas ilusiones
se vean cumplidas en tu alma bella... "(Maribel Jiménez)