domingo, 24 de julio de 2011
¿Vale la pena ser feliz?
Ayer fue un día emocionantísimo.
Para empezar, aunque el día era largo, llegó el momento en que el reloj comenzó a hacer pasar sus minutos de forma vertiginosa... parecía que cada segundo era un minuto en nuestras vidas y en la tertulia del grato sábado entre amigas, me preguntaba si valía la pena ser feliz...
Me encanta ver a mis amigas reírse, me encanta que entre ellas se hagan burlas y que en las fotos que nos hacemos para inmortalizar nuestros mementos, juguemos a cambiar de posturas para reírnos, y reírnos y más que nada, seguir riéndonos porque es lo que mejor viene para liberar tensiones, estress, y lo que algunas de ellas creen que sienten, infelicidad y desgracia. Pero no, son graciadas, porque son unas super-mujeres, capaces de quererse y mimarse para conseguir sus logros...
Claro que vamos a ser felices.
Ahora es la hora de juntar nuestras fuerzas, nuestros ánimos y apoyarnos unas a otras para levantar nuestra moral, nuestras ganas de vivir. Por lo pronto, nos reímos y si hay que llorar, pues lloramos entre todas, para terminar riéndonos al vernos envueltas en lágrimas que no nos lleven a nada. Lloraremos, pero de risa.
Las risas que sanan el alma, esas son las que nos gustan y en nuestro grupo de amigas, las tenemos a borbotones. Tenemos la suerte de habernos dado cuenta de que somos amigas, y eso es una gran suerte!
A mis amigas, suerte, la vida os premia cada día con sensaciones y emociones que vais a saber reconocer cada vez mejor y las vais a aprender a disfrutar todas, un abrazo de esta Mar!bel J.
Os quiero, os cuido y me dais las alegrías que necesito cuando os veo reír y felices como perdices...
Me voy a marcar un bailecito delante del espejo a vuestra salud, que eso también sana... y liebra la mente y e corazón; porque luego más tarde, me echaré unas risas con vosotras, que hoy toca!
Para empezar, aunque el día era largo, llegó el momento en que el reloj comenzó a hacer pasar sus minutos de forma vertiginosa... parecía que cada segundo era un minuto en nuestras vidas y en la tertulia del grato sábado entre amigas, me preguntaba si valía la pena ser feliz...
Me encanta ver a mis amigas reírse, me encanta que entre ellas se hagan burlas y que en las fotos que nos hacemos para inmortalizar nuestros mementos, juguemos a cambiar de posturas para reírnos, y reírnos y más que nada, seguir riéndonos porque es lo que mejor viene para liberar tensiones, estress, y lo que algunas de ellas creen que sienten, infelicidad y desgracia. Pero no, son graciadas, porque son unas super-mujeres, capaces de quererse y mimarse para conseguir sus logros...
Claro que vamos a ser felices.
Ahora es la hora de juntar nuestras fuerzas, nuestros ánimos y apoyarnos unas a otras para levantar nuestra moral, nuestras ganas de vivir. Por lo pronto, nos reímos y si hay que llorar, pues lloramos entre todas, para terminar riéndonos al vernos envueltas en lágrimas que no nos lleven a nada. Lloraremos, pero de risa.
Las risas que sanan el alma, esas son las que nos gustan y en nuestro grupo de amigas, las tenemos a borbotones. Tenemos la suerte de habernos dado cuenta de que somos amigas, y eso es una gran suerte!
A mis amigas, suerte, la vida os premia cada día con sensaciones y emociones que vais a saber reconocer cada vez mejor y las vais a aprender a disfrutar todas, un abrazo de esta Mar!bel J.
Os quiero, os cuido y me dais las alegrías que necesito cuando os veo reír y felices como perdices...
Me voy a marcar un bailecito delante del espejo a vuestra salud, que eso también sana... y liebra la mente y e corazón; porque luego más tarde, me echaré unas risas con vosotras, que hoy toca!
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