Buenísimos días, lectores, lectoras, a mis amigos, amigas, mi familia, que me leéis, es una día estupendo de verano, ese en el que el sol brilla para todos de la misma forma, este en el que nos sentimos queridos, y este en el que podemos decir a la vida que queremos y podemos ser felices.En unos años, he conseguido lo mejor de mi vida.
Y es maravilloso ver que mi maternidad dio fruto de mi vientre y en el revoloteo del paso del tiempo se encuentra la flor que da luz a mis días. Siento tremendas ganas de gritar a la vida, de soñar. Y en este tiempo, haber conocido a alguien especial que me endulza el sentir de mi existencia, que me ama...
Cuando no se sabe que es amor y de repente estás inmersa en él...
cuando te das cuenta de que sueñas en plural...
que los días van atravesando el calendario, pensando en compartir,
que los minutos se hacen escasos a su lado,
entonces descubres que has descubierto el amor verdadero
y te mueres de miedo rendida a su son,
porque el corazón canta...
porque los ojos brillan como luceros del alba
porque no quieres que acabe nunca
y deseas vivir eternamente en él.
Y así, inmensamente lena de esperanza,
me hago pequeña ante esta grandeza.
Tengo una suerte que quisiera que todo el mundo pudiera abrazar.
Hoy me he despertado con esta sensación;
y quiero dormirme en la noche soñando lo mismo para mañana.
GRACIAS A MIS DOS AMORES.
OS QUIERO.
ME DAIS LA VIDA,
RUBÉN; COMO YO TE LA DI A TI
Y A JUAN POR INVITARME A COMPARTIRLA JUNTO A ÉL.
Somos una familia, eso es precioso...
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